Los excesos veraniegos pasan factura a nuestra figura. Con la excusa “estoy de vacaciones”, “por un día no pasa nada” o “a la vuelta ya lo perderé” solemos coger entre 2 y 5 kilos en verano. Esto se debe fundamentalmente a la alimentación que llevamos durante estos meses. Dejamos a un lado la alimentación sana y pasamos a picotear más. Además, aprovechamos para comer y cenar más fuera. Normalmente, aumentamos el consumo de alimentos grasos y azucarados. Esto sumado a un bajo ritmo de actividad física hará que engordemos en la época estival. Sin embargo, no hay de que preocuparse. No te asustes con lo que ponga en la báscula ya que gracias a la vuelta a la rutina podrás perder esos kilos de una forma más sencilla. Olvídate de las “dietas milagro” o aquellas prácticas dietéticas que te prometan adelgazar de forma rápida. Tan solo deberás volver a tu alimentación sana y equilibrada así como incorporarán el deporte a tu rutina. De esta forma, volverás al control de tu peso.